Prepararnos para vivir un año a pleno requiere ocuparnos de nuestro
cuerpo y alimentar nuestra alma evitando los excesos, rencores, desánimo y que
no falten “consideraciones” hacia nosotros mismos, como para los demás, gestos
de perdón o gratitud, abrazos y charlas íntimas, sueños y proyectos.
Se sugiere hacer un balance del año vivido. Reflexionar cuál es nuestro estado actual y en qué queremos modificarlo. Tomar conciencia de nuestra capacidad y responsabilidad para planificar como queremos vivir el nuevo 2012. Fijar el Plan de vida del nuevo año a través de conductas concretas. Establecer los objetivos y las metas para este año en las distintas áreas de nuestra vida (pareja, familia, amigos, trabajo, estudio, etc.).
Este año es el primer año de vida del resto de nuestros años…. una
oportunidad para elegir lo que queremos y sea parte de nuestro año, y para
despedir o soltar lo que no queremos que siga con nosotros.
Es un tiempo de reflexión para elegir nuevos emprendimientos; o para
quienes ya los han elegido pero no los han logrado o no se han permitido
llevarlos a cabo. Es para quienes quieren recuperar sus
sueños y hacerlos realidad, ocuparse de las áreas de su vida más descuidadas o
necesitadas y a reforzar las más sanas.
¿Cuál es la mejor
actitud para iniciar un nuevo año?
Una actitud reflexiva, para repensar lo pasado; humilde, para reconocer
errores y esperanzadora, para proyectar un año nuevo.
Balance…no es solo para contadores...
Al comenzar este
año es importante hacer un balance del 2011. Implica detectar los “ingresos”
(los bienes que incorporé a mi vida): afectos, conocimientos, recursos
materiales, virtudes; qué recibí?; qué decisiones acertadas tomé?, qué sumó
vida a mi año?
Enumerar los “egresos”: qué dí?, qué
invertí?, qué conductas equivocadas tuve?, qué perdí?, que dañé o descuidé?.
Detallar las “ganancias”: valorar los aciertos, las puertas que abrí,
las heridas que cerré, lo que logré (en el área física, emocional, mental).
Programando metas para el nuevo año
¿Programamos
nuestra vida o tenemos un destino marcado?
El destino es la consecuencia de nuestras elecciones, de lo contrario no seríamos seres esencialmente libres. Hablar de metas, es hablar de responsabilidad, de elección y esto se opone al concepto de destino o de vida ya programada.
El hombre quiso conocer su futuro desde tiempos inmemorables, para lo
cual apeló a los brujos, oráculos y otros representantes de lo oculto, producto
esto entre otras de la ignorancia.
En la actualidad miles confían en
astrólogos, futurólogos, videntes con los mismos fines: conocer el futuro, la
fecha de su muerte, como le irá en el amor, el trabajo.
¿Programar metas?
Programar, según el diccionario de la Real Academia significa
“declaración de lo que se piensa hacer”. Declarar con nuestra voz a nosotros
mismos o a alguien lo que desearíamos lograr le da poder a lo que decimos,
funciona como un edicto.
¿Qué es una meta?
Meta significa dar fin a una obra,
con lo cual implica que hay un trabajo que realizar, conductas y herramientas a
utilizar… una obra que emprender.
¿Es bueno tener pocos o muchos proyectos? ¿Grandes o modestos?.
El secreto está en la planificación y la administración del tiempo. Las
posibilidades o recursos con los que se cuentan pueden definir si es grande o
modesto. De todos modos juega un papel muy importante, lo subjetivo. En cuanto
a la cantidad, el tiempo nos ordena, nos da la medida o magnitud de los proyectos.
A veces es preferible menos frutos pero grandes y bien cuidados que muchos y
pequeños. La rama sobrecargada de manzanas se puede quebrar.
¿Es bueno no tener proyectos?
No. Si sabemos a dónde vamos, tenemos
garantizados un 50% del éxito, para lo cual es conveniente dedicar parte de
nuestro tiempo para encontrar nuestro “norte”, para proyectar, supervisar y
evaluar cómo vamos y hacer ajustes. Tener en claro nuestra meta. El detalle del
plan (los pasos concretos que tenemos que hacer) es el mapa con su hoja de
ruta, que nos guía en el camino.
La fijación de objetivos de cambio o
metas de vida es uno de los procedimientos fundamentales que debemos realizar
al iniciar este año.
Aunque parece sencillo y natural, se
contrapone frontalmente con ciertas creencias ilógicas o mágicas, como el
concepto de “destino”, más allá de nuestra capacidad de decisión; o que “ya soy
así, no puedo cambiar”, o factores genéticos hereditarios, como causas de
comportamientos, que se deben realmente a ideas erróneas acerca de uno mismo o
el mundo; o a estrategias inadecuadas para alcanzarlos.
Nuestra fijación de metas y objetivos presupone que:
A) Soy responsable de lo que pienso, imagino, siento, digo y hago. Y
puedo cambiar cualquiera de estas variables a voluntad, si lo elijo y aprendo
cómo hacerlo.
B) Tengo derecho a decidir qué hago con mi vida: cómo invierto mi
tiempo, mis afectos, mis energías, mi dinero y mis talentos.
C) Puedo estimar las posibles consecuencias de mis decisiones y
conductas.
D) Somos hijos del pasado y padres del porvenir.
Para elaborar nuestras Metas es necesario: 1- Reconocer qué queremos alcanzar, diferenciándolo de lo que los demás esperan de nosotros. 2- Emplear los recursos (materiales, afectivos, intelectuales, tiempo, talentos, etc.) de los que disponemos en el presente. 3- Planificar racionalmente el futuro de acuerdo a los objetivos actuales.
¿Qué pasará a fin de año si no se cumplieron?
Habrá desilusión o frustración si no se comprendió el porqué, las causas,
y para evitarlo se recomienda aceptar la media copa vacía y celebrar la media
copa llena. Perdonar y perdonarme los errores, renovar los sueños y las
estrategias para alcanzarlos…
¿Qué hacemos con la frustración de lo que no resultó hasta ahora? Los errores, capitalizarlos como aprendizaje, evitar repetirlos o transformarlos en propósitos de cambio. Aceptar y reconocer lo sucedido, lo no logrado o el daño recibido o generado. No permitir la condenación o la culpa porque esto conlleva odio, resentimiento y desazón, la tríada causal de tantas enfermedades del alma que no dejan de reflejarse en el cuerpo.
Todos somos obradores de nuestra empresa personal, responsables de lo
que hacemos o dejamos de hacer. Así como para optimizar y aprovechar las
virtudes, talentos y dones que como seres humanos poseemos para hacer de
nuestro diario vivir una vida con sentido.
Los animo a que haga de este año una
planificación provechosa… de su vida y su tiempo, resistiendo y renunciando a
hábitos, pensamientos, emociones que lo empobrecen en las diferentes áreas de
realización personal (familia, pareja, trabajo, amigos, hobby, nuevos
proyectos, talentos y dones) y haciéndose tiempo para aquello que le permite
obrar saludablemente en su plano físico, emocional, mental y espiritual.
¡Construir un nuevo año que valga la pena celebrar y que sume vida a los
años!
Abrazo grande para
todos…
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